20 hábitos sencillos para una vida libre de tóxicos

En nuestro anterior artículo denunciábamos la gran cantidad de sustancias químicas tóxicas con las que estamos en contacto habitualmente, un grave problema de nuestra sociedad que está generando una epidemia de enfermedades asociadas. En aquel texto introdujimos el concepto de higiene química que vamos a desarrollar en esta entrada.

Para la mayoría de la población mantener la higiene es lavarse; estar en un entorno sin polvo ni manchas, en los muebles y en el suelo; oler bien… La higiene se potencia para evitar las enfermedades infecciosas, tenemos la idea de que algo sucio es algo donde crecen las bacterias. En todos estos casos estamos hablando de higiene biológica. 

La higiene química es complementaria a esta higiene que todos conocemos, pero, ¿Sabes lo que es realmente?

Imagina que acabas de ducharte con un gel que contenía parabenos, por ejemplo. Llevas el pelo limpio y brillante porque el champú con el que te lo has lavado ha arrasado la capa de grasa protectora de tu cuero cabelludo y lo ha recubierto de siliconas. Además esta mañana has quitado el polvo de tu casa y has fregado el suelo con la ayuda de un limpiador industrial que huele muy bien gracias a sus perfumes sintéticos. En el cuarto de baño también huele de maravilla ya que después de la ducha lo has desinfectado con un producto muy efectivo, específico para su limpieza. ¿es higiénica esta situación? No, yo diría que estás muy suci@

Según el diccionario “higiene es limpieza o aseo para conservar la salud o prevenir enfermedades”. Atendiendo a esta definición la situación anterior es bastante antihigiénica. Estás rodead@, diría que envuelt@, en sustancias tóxicas que están entrando en tu cuerpo por la piel y los pulmones. Aunque la enfermedad no aparecerá tan rápidamente como si se tratara de una infección o una intoxicación aguda, poco a poco tu salud se está deteriorando.
En el diccionario no aparece ninguna definición de higiene química. Quizá porque la pérdida de salud por intoxicación química lenta y generalizada es un escenario nuevo, de las últimas décadas y aún no hay conciencia de este hecho y por lo tanto no hay palabras para referirse a él.

Asumamos el reto, ahora que ya conocemos esta realidad es el momento de actuar.

Del mismo modo que en el siglo XIX y XX la humanidad aprendió a defenderse de los microorganismos patógenos mejorando la higiene biológica (bio-higiene), hoy en día hemos de aprender a ser higiénicos desde el punto de vista de la toxicidad química (quimio-higiene). Aquí van algunas ideas:

EN LA COCINA

Foto: Brooke Lark

1. Evitar los restos de pesticidas de los alimentos. Para ello lo mejor es consumir vegetales cultivados con métodos ecológicos (sin venenos ni abonos químicos) y animales criados con técnicas no industriales, alimentados con buenos piensos, sin antibióticos ni hormonas. Son más caros a corto plazo, sí, pero invertir en salud siempre sale rentable. En caso de no consumir ecológico, recomendamos:

2. Lava muy bien las verduras con agua y vinagre antes de consumirlas, lo ideal es dejarlas sumergidas unos 10 minutos y luego aclararlas con agua limpia. 

3. Pela la fruta y todas las verduras que lo permitan, es en la piel donde se acumula mayor porcentaje de restos de pesticidas y algunos de ellos son imposibles de eliminar. 

4. No consumas el caldo de cocción de los vegetales que no has podido pelar, en el caldo es donde han quedado más restos tóxicos. 

5. Lava muy bien los pescados congelados, en especial los mariscos, son tratados con sulfitos para su conservación.

6. Reduce el consumo de carnes y embutidos industriales.

7. Filtrar el agua que se bebe y con la que se guisa. Aunque el agua de los municipios pasa controles de calidad y es potable, la legislación contempla unos límites por debajo de los cuales pueden existir ciertas sustancias: al menos los compuestos de cloro que se usan para potabilizarla y los restos de bacterias muertas que había antes de su potabilización. Si el municipio tiene actividad agraria y ganadera aguas arriba, también podremos encontrar restos de fertilizantes y otras sustancias químicas asociadas. 

8. Usa botellas y fiambreras de vidrio. Los plásticos no son inertes, es decir que reaccionan con los alimentos y bebidas que contienen. Y lo hacen en mayor medida cuando aumenta la temperatura.

9. Reducir los alimentos procesados. Suelen llevar aditivos alimentarios, muchos de ellos sospechosos de producir problemas de salud. Lee siempre los ingredientes de los productos que compras. Compra productos frescos y cocina tú mism@.

10. Comprar las conservas en bote de cristal. Los recubrimientos de las latas de conserva son plásticos que se depositan, en mayor o menor grado, en los alimentos que contienen. El vidrio es inerte.

EN EL ASEO PERSONAL Y LA LIMPIEZA DEL HOGAR

Foto: Lisa Moyneur

11. Pasarse a la cosmética natural. La mayoría de productos cosméticos, incluidas las colonias y perfumes, son una fuente de contaminación química considerable. Nuestro cuerpo absorbe sustancias por la piel y las mucosas. Como ejemplo un dato que da qué pensar: Actualmente muchas enfermedades degenerativas afectan significativamente más a mujeres que a hombres. Se sospecha que pueda estar relacionado con el hecho de que, tradicionalmente, somos nosotras las que más productos cosméticos hemos utilizado.

12. Sustituir los productos de limpieza convencionales tales como detergentes, limpiadores, desengrasantes, suavizares y quitamanchas por productos inocuos: jabones naturales, vinagre, limón y bicarbonato. Los productos de limpieza son una de las mayores fuentes de contaminación en el hogar. Hemos de cambiar la mentalidad que nos ha ido creando la publicidad. Para limpiar es suficiente con agua y jabón. Lo limpio no huele a nada, si quieres que huela añade al jabón natural unas gotas de aceite esencial extraído de plantas, todos los perfumes sintéticos son nocivos.

13. Procurar que no se acumule el polvo en casa ya que concentra gran cantidad de tóxicos.

EN EL RESTO DE LA CASA

Foto: Brooke Lark

14. Ventilar bien las habitaciones. Sorprendentemente el aire del interior de las casas está más contaminado que el del exterior. Pincha aquí si quieres saber porqué.

15. Usar sólo ambientadores con esencias naturales. Es muy fácil y barato fabricarlos un@ mism@.

16. Tener plantas dentro de casa. Estos increíbles seres filtran el aire absorbiendo gran cantidad de contaminantes.

17. No usar insecticidas. Utilizar alternativas ecológicas.

18. Pintar con las paredes con pinturas ecológicas.

19. Poco a poco “cambia el chip” en el consumo de ropa personal y telas del hogar. Lee las etiquetas y elige fibras naturales, sin tratamientos químicos.

CUANDO SALIMOS DE COMPRAS

Foto: Lucrezia Carnelos

20. Rechaza los tickets de compra a no ser que sean libres de BPA. La mayoría de ellos están recubiertos de un plástico termo sensible llamado BPA que se desprende fácilmente al manipular el ticket y acaba en nuestras manos y objetos contaminándolo todo. El BPA (Bisphenol A) es un disrruptor endocrino causante de enfermedades graves y esterilidad que ya está prohibido en muchos países europeos. Desgraciadamente en España sigue estando permitido. Antes de coger el ticket puedes preguntar en el establecimiento si lleva BPA y rechazarlo si es así. De esta manera contribuyes a la toma de conciencia de su peligrosidad, muchos empleados los manipulan habitualmente sin saber que se están intoxicando.

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Todo estas medidas en el ámbito personal, doméstico y de estilo de vida son muy aconsejables, pero… no es suficiente. Creo que además hemos de exigir a los políticos y a las instituciones que velen por la salud de la población y de los ecosistemas, legislando y controlando adecuadamente.

Foto: Javier Allegue

Por último, recordaros que también podemos persuadir a las empresas con nuestras opciones de compra. Que cuando compramos estamos dirigiendo los mercados, y que podemos conseguir que algún día los productos finales y los ciclos de producción de las empresas sean higiénicos químicamente hablando. Seamos conscientes de nuestro poder y trabajemos cada día por un mundo #libredetoxicos.

10 comentarios en «20 hábitos sencillos para una vida libre de tóxicos»

  1. I was recommended this blog by way of my cousin. I love it. I thought I was the only one in the world interested about toxic free life but I was wrong.
    You are wonderful! Thank you!

  2. Pingback: good things, good planet

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